Aprender un idioma a veces parece una meta lejana, un plan para “cuando tenga tiempo” o “cuando junte plata”. Porque seamos honestos: muchas veces nos abruma más la búsqueda del curso que el idioma en sí. Abrís Google y te encontrás con ofertas en euros, dolares, libras…. todo carisimo!… instituciones con nombres en latín y, del otro lado, youtubers que te prometen fluidez en siete días si repetís como loro frente al espejo.
Y sin embargo, no todo es humo ni cursos de 200.000,00 pesos. Por ejemplo, en Italia existen opciones reales, gratuitas y oficiales para aprender italiano, incluso desde cero. Afuera también, si sabés dónde mirar. Y si estás aprendiendo solo, con una app, con YouTube o con ese profe que da clases en un centro barrial, también hay maneras de certificar lo que sabés.
En esta nota no voy a venderte milagros. En un post anterior ya te habia contado un poco la problematica de adaptarse a un nuevo idioma, hoy te voy a contar cómo funciona realmente el sistema público de educación en Italia (sí, gratis), qué alternativas existen en otros países, cómo es estudiar por tu cuenta, y qué tenés que saber si después querés un certificado que valga algo más que una promesa.
Porque sí, se puede aprender italiano sin vaciar la billetera. Pero más importante todavía: se puede aprender italiano sin perder la motivación.
Los CPIA: ¿qué son?
Una de las mejores cosas que tiene vivir en Italia -además de la pasta y el espresso- es que existen centros públicos donde podés aprender italiano sin pagar un centavo. Sí, gratis. De verdad.
Se llaman CPIA: Centri Provinciali per l’Istruzione degli Adulti. Dependen del Ministerio de Educación y están presentes en prácticamente todas las provincias italianas. Y aunque su nombre suene a trámite estatal imposible, funcionan. Y muy bien.
¿Qué podés hacer en un CPIA?
- Cursos de italiano como segunda lengua, desde nivel A1 hasta B1.
- Programas de alfabetización, si no sabés leer ni escribir en ningún idioma (sí, hay gente que empieza de cero).
- Cursos para obtener la licenza media (el equivalente a terminar la escuela básica).
- Formación para el mundo del trabajo, en algunos casos con orientación laboral o cursos técnicos.
Todo esto de forma gratuita. En algunos CPIA incluso te dan los materiales, el manual y un lugar calentito donde sentarte (lo cual, si es enero en Torino, vale oro).
¿Quién puede anotarse?
Cualquier persona mayor de 16 años, sin importar la nacionalidad, siempre que tenga permiso de estadía válido.
No hace falta ser ciudadano. No hace falta saber hablar italiano previamente. Sólo hace falta tener ganas y, en lo posible, un poco de constancia.
¿Qué nivel enseñan realmente?
Aunque muchos creen que los CPIA solo llegan al nivel A2, la verdad es que varían según el centro. Hay CPIA que ofrecen cursos hasta nivel B1 con evaluación final, lo cual sirve para tramitar el permesso di soggiorno de largo periodo. El nivel máximo ofrecido depende del equipo docente y del financiamiento del centro, pero el A2 está garantizado en todos.
Dato extra: muchas regiones los integran al sistema de integración lingüística. Si vivís en Italia con un permesso de soggiorno y te piden una certificación para renovarlo, el CPIA es una de las formas oficiales y gratuitas de obtenerla.
¿Dónde están?
Casi en todos lados. Solo tenés que buscar en Google:
“CPIA + [tu comuna o provincia]”
Vas a encontrar dirección, horario, teléfono, e incluso a veces la posibilidad de inscribirte online. También suelen trabajar en conjunto con centri d’accoglienza, asociaciones migrantes o parroquias, así que no está mal preguntar ahí si no encontrás info clara.
Estudiar italiano desde fuera de Italia
No todo el mundo tiene la suerte de estar en Italia (o de poder ir). Y eso no debería ser un impedimento para aprender el idioma. De hecho, si estás leyendo esto desde Buenos Aires, Bogotá o Montevideo, hay más opciones de las que imaginás para empezar sin gastar una fortuna (Según lo que pude investigar).
¿Qué ofrecen los consulados e institutos?
Los Institutos Italianos de Cultura (IIC), dependientes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, tienen sedes en muchos países y suelen ofrecer cursos de idioma y cultura italiana. Algunos son pagos, sí, pero:
- Tienen becas, a veces incluso completas.
- Ofrecen certificación oficial (tipo PLIDA, que sirve en Italia).
- A veces organizan talleres gratuitos, encuentros culturales y clases sueltas.
Tip: buscá el IIC más cercano (por ejemplo: Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires) y revisá su sitio o contactalos. No todos actualizan las redes, pero suelen contestar mails.
¿Y la Dante Alighieri?
Acá viene lo polémico, la Sociedad Dante Alighieri es una red internacional con prestigio y larga historia. Pero -y esto lo digo con cariño- sus cursos no son gratuitos. En Argentina, por ejemplo, suelen tener precios más altos que la media, lo cual espanta a más de un entusiasta.
¿Vale la pena? Sí, si querés una formación académica y la posibilidad de certificar con examen PLIDA. ¿Es obligatorio? Para nada.
¿Hay algo realmente gratuito y útil?
Sí, sí y sí. Veamos….
Rai Scuola (Italia)
El canal educativo estatal italiano tiene una plataforma en línea donde podés acceder a cursos completamente gratuitos, desde nivel A1 a B2. Incluye:
- Videos con subtítulos
- Ejercicios interactivos
- Material cultural italiano
Disponible en www.raicultura.it
Edutin Academy
Un poco más latino y menos formal, pero muy útil. Curso gratuito de italiano A1, certificado opcional pago. Ideal para empezar.
Y YouTube, claro
YouTube es el aula global. Si sabés buscar, podés aprender mucho más de lo que pensás:
- Soy Miguel Idiomas: argentino, claro, con ejemplos reales y explicación bien didáctica. Ideal para hispanohablantes.
- Italiano Automatico: Alberto, desde Italia, enseña con vídeos de su vida, su familia y paseos por el país. Método natural: escuchás, entendés, y sin darte cuenta, aprendés.
- Impara l’italiano con Lucrezia: pausado, correcto, excelente para afinar oído y aprender expresiones.
- LearnAmo: gramatical, completo, ideal para complementar cuando ya tenés base.
¿Son oficiales? No. ¿Funcionan? Depende de vos. Pero si sos constante, pueden llevarte muy lejos.
Aprendiste italiano por tu cuenta… ¿y ahora qué?
Si estudiaste con videos, apps, podcasts, y repetiste “io sono, tu sei, lui è” hasta en la ducha… te felicito: ya hablás algo de italiano. Pero, como todo en esta vida burocrática, si no tenés un papel que lo diga, parece que no cuenta.
Entonces, ¿cómo hacés para que eso que sabés sirva realmente? Acá entra en juego el tema de las certificaciones oficiales.
¿Qué certificaciones existen?
Hay tres principales, todas reconocidas por el Estado italiano y por la Unión Europea:
- CELI: emitido por la Universidad de Perugia.
- CILS: por la Universidad para Extranjeros de Siena.
- PLIDA: por la Dante Alighieri (sí, esa misma).
Cada una tiene niveles desde A1 a C2 (según el Marco Común Europeo de Referencia). Si estás arrancando, apuntá al A2, que es justo el nivel mínimo exigido para el permesso di soggiorno UE de largo periodo por lo que pude ver, aunque un B1 ser´ía mejor.
Dato útil: muchas veces podés rendir directamente el examen sin haber hecho el curso, si creés que ya dominás el nivel. Ideal para autodidactas o gente que aprendió “en la calle”.
¿Dónde se rinde?
- En Italia: universidades, CPIA que sean centros habilitados, y algunas Dante Alighieri.
- Fuera de Italia: embajadas, institutos de cultura y Dante.
Por ejemplo, en Buenos Aires, podés rendir PLIDA en la sede de Dante. En Santiago de Chile, CILS en la Universidad Católica. Consultá en tu ciudad.
¿Es gratis?
No. Pero no es carísimo. El examen A2 ronda entre 60 y 100 euros, dependiendo del centro. A veces hay becas o descuentos.
¿Para qué sirve?
- Para trámites migratorios (permesso di soggiorno, cittadinanza por matrimonio, etc.)
- Para currículum (si querés trabajar en algo relacionado con Italia)
- Para vos mismo. Porque obtener una certificación es un golazo personal. Demuestra esfuerzo, constancia y que no te venció el “ciao come stai” a mitad de camino.
Aprender italiano no es solo estudiar un idioma. Es entender cómo se organiza un país que vive entre la burocracia eterna y el arte sublime, entre la passata di pomodoro y la tessera sanitaria. Es poder reírte con los memes de los italianos en Instagram, entender las quejas del vecino en la escalera y, por qué no, pedir una pizza sin que te respondan en inglés porque se dieron cuenta que no sos de ahí.
Y lo mejor es que no hace falta hipotecar el alma para lograrlo.
Podés hacerlo en un CPIA si estás en Italia, o desde tu casa con YouTube y una buena dosis de constancia.
Podés certificar lo que sabés, rendir un examen oficial o simplemente hablar con fluidez sin papel, pero con confianza.
Lo importante es que se puede. Incluso si estás a medio camino, incluso si te trabás, incluso si tu pronunciación todavía dice “espagueti” en vez de spaghetti.
No vine a venderte cursos. Vine a decirte: dale, animate.
Porque entender italiano cambia el viaje, el trámite y también la vida.
Aunque sea un poco.
Y vos, ¿cómo aprendiste italiano?
¿En un aula con tizas y fotocopias? ¿Mirando videos mientras cocinabas? ¿Aprendiste a los golpes, en la calle, hablando con alguien que no te entendía nada?
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Y recordá: hablar italiano no es para los iluminados, es para los que no se rinden.
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