Miedo a Viajar: Cuando lo Lejano Parece Imposible

¿Alguna vez sentiste que eso de viajar era para otros? ¿Que esos paisajes de película, esos aviones a tierras lejanas, no eran para vos? Que viajar era algo “que se ve en las redes” pero no en tu vida real. Si alguna vez pensaste eso, no estás solo.

Muchos crecimos con la idea de que salir del país era un lujo, una locura, un imposible. Que había que ser rico, valiente, o un poco inconsciente. Pero no es así. Lo que más pesa no siempre es la billetera: es la cabeza. Y cuando hablamos de viajes, el bloqueo mental es más fuerte que el check-in.

Los límites que aprendimos (sin darnos cuenta)

Hay factores que no elegimos y que nos condicionan: el entorno donde crecimos, lo que nos enseñaron sobre el “deber ser”, lo que vimos hacer a nuestros padres. Si nadie en tu familia jamás tomó un avión, es probable que vos tampoco lo hayas considerado como una opción real.

Además, hay una barrera silenciosa que nos frena: la idea de que no merecemos vivir cosas extraordinarias. ¿Quién soy yo para andar recorriendo el mundo? ¿Cómo voy a dejar todo y subirme a un avión? ¿Y si me pasa algo?

El primer paso se da con miedo… pero se da

Romper con esas estructuras cuesta. No siempre es cómodo. A veces es más fácil seguir manejando por la ruta de siempre que animarse a un vuelo de diez horas. Lo nuevo da miedo, pero también adrenalina. Lo desconocido inquieta, pero también transforma.

Una vez que das ese paso —el primero, aunque sea cerca—, algo cambia. Te das cuenta de que el mundo no era tan inaccesible. Que vos también podés estar ahí. Que esa gente en el aeropuerto, en la Torre Eiffel, en un tren suizo o tomando café frente al Mediterráneo… también podrías ser vos.

También te puede interesar:  Seguro de viaje: ¿sí o no?

Y después, te empieza a gustar

Porque viajar, aún con lo simple, se vuelve adictivo. Te reís de vos mismo cuando recordás que una vez ni siquiera querías volar. Que te parecía más seguro manejar 20 horas que subirte a un avión. (Sí, yo estuve ahí. ¿Soy el único?)

La libertad que te da viajar es incomparable. No sólo por lo que ves, sino por lo que te cambia por dentro. La primera vez se siente gigante, después te preguntás por qué no lo hiciste antes.

¿Y vos? ¿Dónde estás parado hoy?

¿Te pasa esto? ¿Te pasó? ¿Sentís que te gustaría salir pero hay algo adentro tuyo que te frena? ¿Preferís manejar porque lo controlás, porque te da seguridad? No dejes que la hodofobia te venza (miedo a viajar)

Queremos leerte. Dejanos tu historia en los comentarios. ¿Cuándo fue tu primer viaje? ¿A qué lugar soñás con ir pero todavía no te animaste? ¿Te gusta volar o lo evitás?

A veces, leer que alguien más sintió lo mismo que vos puede ser justo lo que necesitás para animarte a dar el salto. Porque lo difícil no es hacer la valija: es decidirse a usarla.

¿Y si el primer paso lo das hoy?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *