El pasado martes 21, estaba en la pizzería de un amigo en Torino, disfrutando de una noche tranquila entre charlas y algunos tragos, cuando notamos algo inusual en la calle. Un número considerable de jóvenes, de alrededor de 20 años (decir esto me hace sentir un poco avejentado), portaban carteles de Red Bull y algunos hechos a mano en cartones. La curiosidad nos invadió, y un cliente habitual de la pizzería se acercó a uno de los grupos (eran varios, cada uno con tres personas) para indagar.

Resulta que estos jóvenes estaban participando en “Red Bull Can You Make It?”, una competencia global de aventura organizada por Red Bull. El desafío consiste en que equipos de tres personas deben cruzar Europa en siete días, utilizando únicamente latas de Red Bull como moneda. Los participantes parten desde una de cinco ciudades europeas (Ámsterdam, Barcelona, Budapest, Copenhague y Milán) y deben llegar a Berlín. A lo largo del camino, intercambian latas de Red Bull por comida, alojamiento, transporte y otros servicios necesarios, completando desafíos creativos y compartiendo su progreso en redes sociales​ (Red Bull)​​ (Red Bull)​.

Invitamos (Junto a un cliente frecuente de la pizzeria, fue su idea) a uno de estos equipos a comer, ya que no llevan dinero y solo disponen de latas de Red Bull para intercambiar. Dentro del negocio, nos contaron más detalles. Este equipo en particular, aunque francés, había partido desde Milán y había logrado llegar en tren hasta Torino gracias a la colaboración de muchas personas. Mi amiga y empleada del negocio se ofreció a colaborar con la cena, y junto a su marido y yo decidimos pagarles los billetes para su próximo tramo del viaje hacia Ginebra, Suiza.

Fue una noche llena de emociones y alegría. Mis amigos les ofrecieron un lugar para dormir en su casa, y al día siguiente (miércoles 22), los llevé hasta el estadio de la Juventus en mi auto. Allí, tenían un checkpoint donde realizarían una entrevista con el equipo de Red Bull, recibirían más latas para intercambiar y participarían en otros desafíos y video blogs cortos.

Aunque no pude entrar al estadio, esperé pacientemente y luego los llevé de vuelta al centro de Torino, donde nos despedimos entre abrazos y agradecimientos. Pese a las barreras idiomáticas (ellos hablaban francés y algo de inglés y español, yo español, algo de italiano y un poco menos de inglés), logramos comunicarnos perfectamente, recurriendo muy pocas veces al traductor del celular. Esta experiencia me ha inspirado a estudiar más seriamente otros idiomas.

Este tipo de experiencias son las que llenan el alma, las que nos hacen creer en un mundo sin rencores ni maldad, donde todos compartimos hermandad y alegría. Desde Torino, sigo su travesía en su cuenta de Instagram @breizhdruids y en la página de “Red Bull Can You Make It?”. Espero que la vida nos vuelva a encontrar para compartir aunque sea un paseo más​ (Red Bull)​​ (MEININGER Hotels)​.